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Inolvidable, fantástico y sorprendente. Así describiría un viaje que corrobora mi pasión por los países nórdicos; un viaje sorpresa para mi novio que al final se convirtió en un viaje sorpresa para los dos. Me gustaría explicaros con detalle cómo fue todo, pero no tengo espacio suficiente, así que intentaré hacer un breve resumen con las cosas más importantes.

Volamos desde Barcelona hacia Rovaniemi, vía Helsinki, para después coger un autobús que nos llevaría hasta Luosto. ¿Qué decir del viaje de ida? Todo perfecto, aunque hubo un retraso de conexión y las 5 horas de espera se convirtieron en 6 y media. El aeropuerto de Helsinki es pequeño, pero encuentras de todo (tiendas, bares, restaurantes, un spa para clientes vip… y zonas restringidas para fumadores). Como bien nos dijo Julián, no hay que abrigarse mucho en los trayectos de ida y vuelta. Tanto en el avión como en el aeropuerto hace calor, y es mejor llevar algo más de abrigo en el equipaje de mano, por si a caso. Llegamos a Rovaniemi. Nada más llegar, la guía de Catai Tours y uno de los guías locales nos esperaban en la zona de recogida de equipaje. Y de allí, en minibús hasta Luosto (1 hora y media más o menos). ¡Casi no se ve la carretera! Nada más arrancar el minibús, nos dimos cuenta de que no se veía el asfalto. Sólo veíamos nieve, nieve y más nieve, y niebla. La verdad es que para los que no estamos acostumbrados a conducir en estas condiciones, te parece increíble que vayan a 100 km/h.

Llegamos al Hotel Aurora Chalet casi a las 12 de la noche (en el minibús nos dieron un snack como cena). El hotel es precioso, y el personal muy atento. Las habitaciones son fieles a las fotografías que publican en su página web (dos camas juntas, un escritorio, una butaca, TV, baño con ducha y sauna). Aviso para fumadores (me incluyo): No se puede fumar en ninguna zona del hotel, así que en las entradas del hotel hay ceniceros. En el hotel sirven desayunos y cenas (las comidas se incluían en las excursiones contratadas, excepto una).

Durante los 5 días que estuvimos en Luosto, cada mañana, el mismo “ritual”. En el mismo hotel hay un vestuario dónde cada habitación tiene una taquilla con la ropa térmica para las excursiones (mono, manoplas y botas). Así que, después de desayunar, a vestirse. Nosotros llevábamos ropa interior térmica, dos o tres calcetines de lana, guantes y pantalones de esquí, y dos forros polares. Y encima, la ropa para las excursiones. La verdad es que es un poco incómodo llevar tantas capas de ropa, pero realmente es necesario si no queremos pasar frío. Un consejo: ir al baño antes de las excursiones (sobre todo mujeres). Los baños a nuestra disposición en las excursiones no tienen calefacción (pensad en toda la ropa que hay que sacarse y el frío que hace).

Aprovechamos al máximo todas las excursiones que hicimos: la Mina de Amatistas (nos explicaron la historia de la mina y nos adentramos para buscar amatistas.

De entrada, la excursión estuvo muy bien pero, en comparación con el resto, quizá fue la más «normalita». El trayecto en moto de nieve y el paisaje, indescriptibles), Raquetas de nieve (te hundes menos en la nieve, aunque cuesta un poco caminar. Hicimos una pequeña excursión por los bosques y senderos próximos al hotel, cruzando algún que otro laho legado), el Observatorio de las Auroras Boreales (no vimos ninguna. ¡Una lástima! Nos explicaron qué son las auroras, cuándo se producen y algunos datos curiosos. Lo mejor de esta excursión, las 3 horas de trayecto en moto de nieve), Actividades Árticas (karts sobre nieve, tándem-ski, moto de nieve. Un día muy divertido y entretenido), Safaris en trineos de renos y de huskies (la verdad es que la experiencia con los renos estuvo bien, aunque quizá esperábamos un poco más. Nos explicaron cómo viven los renos en Laponia y su ciclo de vida. Lo curioso es que, ¡hay más renos que habitantes! Y los huskies, pues genial. Nos encantan los perros, así que ya os podéis imaginar. Corren muchísimo y tienen mucho nervio. ¡Son preciosos! El trayecto con los huskies por los bosques nevados, increíble.

Fin de Año (después de cenar en el hotel, nos llevaron en autocar a una explanada en medio del bosque, dónde dimos la bienvenida al año nuevo. Bebidas calientes, snakcs, tiendas típicas laponas con fuego a tierra, música y mucho frío. Nos adivinaron el futuro fundiendo un trozo de estaño. Nada que ver con las noches de fin de año a las que estamos acostumbrados, pero vale la pena vivirlo. Durante todo el trayecto y una vez entramos en el 2010, vimos muchísimos fuegos artificiales, que contrastaban con la oscuridad y los paisajes nevados. Un detalle que nos gustó mucho, fueron las casa que encontrábamos por el camino, en medio de los bosques. Casas de madera, decoradas con motivos navideños, rodeadas de nieve… casas de cuentos infantiles), y la última excursión, la visita a la Aldea de Santa Claus (cruzamos el círculo polar ártico, vimos a Papá Noel y visitamos la Aldea. Una excursión perfecta para los niños). Casi todas las tardes teníamos tiempo libre así que aprovechamos para tirarnos en trineo por las pistas de skí, ir al Spa y visitar la zona.

En el viaje de vuelta también salió todo perfecto. No tuvimos ningún problema. Nos sorprendió que el aeropuerto de Rovaniemi fuera tan pequeño, con la cantidad de turistas que lo visitan cada año. A las 21.30 de la tarde ya estábamos en casa.

En cuanto a la comida, seguramente no probamos ni la mitad de platos tradicionales finlandeses, pero en general se come bien. Salmón, reno, sopa, estofado, muchas verduras para acompañar, quesos, y dulces. Para mí, lo mejor, una especie de sopa hecha con bechamel o algo así, con trocitos de salmón y patata. El reno es un poco fuerte para mi gusto, pero lo cocinan de maneras distintas, y alguna seguro que agrada. Para beber agua, vino y zumo de bayas (aunque al principio no me gustó mucho el zumo, acabé llevándome dos botellas a casa).

Aprovecho la ocasión para comentaros un poco el trato de la guía de Catai Tours (Mónica), y el de los guías locales (Yugo y Yani de Snow Games, la empresa con la que teníamos contratadas las excursiones). La verdad es que no tenemos ninguna queja. El trato fue exquisito. Muy amables y atentos con nosotros. Siempre nos explicaban las excursiones qué íbamos a hacer, qué íbamos a ver, curiosidades del país y de su gente, etc. En todo momento estuvieron pendientes de que nuestra estancia fuera lo mejor posible.

Y finalmente, me gustaría también mencionar al grupo que viajamos juntos a Luosto para fin de año con Catai Tours. Los compañeros de viaje han contribuido también a que este viaje fuera inolvidable. No puedo nombrarlos a todos, pero quiero referirme especialmente a la gente de Menorca y de Lleida. ¡Genial!. Conocí a Alba (Lleida) a través de este blog, y nos encontramos en el aeropuerto de Rovaniemi. Viajaban seis adultos y dos niños, y con ellos hemos pasado la entrada a este 2010, de una manera diferente. Compartimos el frío, muchas risas, alguna que otra bola de nieve y algún bailecito en fin de año.

Y hasta aquí mi experiencia en Finlandia. Repetiré, seguro.

Por: Núria Díaz Valls.
Calificación del viaje: 5/5.
Época: Noche Vieja.
Tipo de viaje: Pareja.
Destinos: Luosto .
Tipo de estancia: Alojamiento en Hotel.
Organizado por: Catai Tours
Hotel : Hotel Aurora Chalet Puntuación: 5/5.