Hacia tiempo que quería ir a Finlandia y este año por fin convencí a mi novio. Fue una gran sorpresa descubrir este blog, me ayudo muchísimo.
Ajustamos nuestro viaje según varios consejos de Julián. Por ejemplo hubiéramos estado en Helsinki más de dos días, que no era necesario; o nos hubiéramos alojado en Rovaniemi, que hubiera sido un error porque todavía no había nieve allí (finales de noviembre), así que nos hospedamos en Saariselkä.
Nuestro itinerario fue aproximadamente así:
-Las tres primeras noches en Helsinki , viendo la ciudad ,el mercado viejo, la isla de Suomelina (fortificada), etc. ; visitando también el museo de Bellas Artes, que disponía de cuadros interesantes de Gaugin y Van Gogh entre otros. Esto último salvó un poco la visita a Helsinki, ya que al ser una ciudad relativamente nueva no disponía de patrimonio artístico. Se puede comer en el mercado viejo, será la comida más autóctona que encontrarás en la ciudad (y económica ), “ que rica la sopa de gambas y salmón….”.
-El tercer día volamos a Ívalo, del aeropuerto sale un autobús que pasa por Saariselkä , donde nos hospedamos -Hotel Riekonlinna- sauna en la habitación y desayuno buffet incluido, cuidado con el café. Estuvimos cuatro noches , dándonos tiempo a hacer actividades como ir en moto de nieve, caminar en raquetas o montar en trineo arrastrado por un reno. Las actividades las organizaba Lapland Saffaris y las contratamos a través Julián. La segunda quincena de noviembre nos trajo sorpresas ya que había pocos turistas pero estaban casi todos los servicios. Lo único que no estaba en marcha eran las pistas de descenso de esquí, que abrían justo el día que nos íbamos (24 de noviembre), decían que la fiesta de inauguración de la temporada merece la pena verla. Estábamos solos en las actividades así que era muy interesante , daba pié a situaciones curiosas como : que el Sami que llevaba los renos se puso a cantar en mitad del bosque, claro que luego nos pidió que cantáramos alguna música tradicional nuestra jeje, labor que dejé a mi novio que decidió recordar a Labordeta. Sin duda, Saariselkä fué el plato fuerte del viaje, el precio de las actividades es tan similar entre ellas que no merece la pena darle vueltas, escoge las que te gusten sin más.
Hay más cosas que se pueden hacer a parte de ir a tomar algo al “panimo”, la mejor taberna de saariselkä – con zona wifi- , café, te y zumo caliente de bayas a un euro… ….cerveza a más de cuatro. También nos metimos a hacer brasa en uno de los refugios que hay en las pistas de esquí de fondo , te puedes tirar en trineo , etc…. .No tuvimos suerte con las auroras boreales.
-Las siguientes dos noches estuvimos en Rovaniemi, el viaje lo realizamos en autobús. Es muy importante que te montes en la primera parada de dentro de Saariselkä si no quieres ir de pie en el bus (casi cuatro horas), lo agradecerás cuando tengan que meter un frenazo sobre hielo para esquivar renos. Rovaniemi es considerada la capital de Laponia, no tiene el encanto de Saariselkä, pero si la ciudad de Papá Noel, estaba más nerviosa que cuando tenía seis años… . Cuando ves las figuritas no se vé lo grande que es, no le puedes tomar fotos pero no te obligan a comprar la suya. Por lo demás Rovaniemi no nos despertó más la curiosidad, lo bueno fue que nos hospedamos en una cabaña , también con sauna jeje(ousnasvaaran pirtit), lo malo es que había que ir en taxi.
Y se nos acabaron las vacaciones… . La vuelta fue buena, aunque nos enteramos de la forma menos agradable que no se pueden llevar mecheros en las maletas que facturas en vuelos finlandeses , nos lo retiraron gentilmente de la maleta y nos dejaron un papel en su lugar donde nos lo explicaban.